Del sillón al escalador (y no al revés)
Inscribirse en un gimnasio es fácil, y al principio es todo energía y entusiasmo. Pero al poco tiempo puede decaer la energía y necesitar una motivación extra para no volverse al sofá a ver televisión. Entérate cómo evitarlo.
1. Fija metas realistas
Es importante establecer objetivos que puedas cumplir. No compares tu peso, físico o progreso con otros que circulan por el gimnasio: ninguno logró ese estado en un mes. Fija metas moderadas, a corto plazo y con una fecha límite, como por ejemplo bajar 4 libras (1,8 libras) en un mes. Y como meta a largo plazo, reducir 10 centímetros de cintura en 3 meses.
2. Monitorea y registra los progresos
Registra cada semana la fecha y hora, peso, perímetro de cintura y medidas de brazos y piernas. Toma fotos para que tener una idea visual de los cambios que vas logrando. También puedes realizarte una antropometría, que es un estudio especial para saber tu porcentaje y libras/kilos de grasa, índice de masa corporal y masa muscular.
3. Entrena en un gimnasio cercano
La distancia del gimnasio puede convertirse en una aliada o una enemiga. Un gimnasio a pocos minutos de donde estés te ayuda a evitar excusas o dificultades que conspiren contra tu rutina de ejercicios. El tránsito o el mal tiempo no tienen que interferir con tu salud y tus ganas de progresar.
4. Busca un gimnasio acorde a tu bolsillo
Los gimnasios de moda o de última generación son muy tentadores…pero no al alcance de todos. Pero suelen tener promociones o descuentos de grupo; si accedes a ellos, busca que te aseguren continuidad, para evitar cambios que te lleven a desertar por no poder afrontar los costos. Si no, búscate uno que puedas pagar regularmente: hay alternativas para todos los bolsillos.
5. Forma un grupo, ve en pareja, socializa
Según una investigación de la Universidad de Princeton, trotar en grupo puede resultar mejor que hacerlo solo. Si bien el estudio fue realizado en ratones, los resultados sugieren que sin interacción social, una experiencia beneficiosa puede resultar negativa y hasta podría afectar la salud cerebral.
6. Varía tu rutina
Como bien dijo Albert Einstein: “Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”. Una actividad distinta a tu rutina convencional puede lograr una motivación especial. Hay propuestas nuevas que incluyen rutinas de baile que puedes probar para no aburrirte y mantener el interés.
7. Suscríbete a algún contacto o blog de fitness por Internet
A veces no alcanza con el gimnasio y hace falta informarse para ver mejores resultados. El uso de las redes sociales puede servir para conocer nuevas formas de entrenamiento, consejos de expertos y testimonios de otras personas. Una suscripción a medios especializados pueden serte muy útil por su información actualizada, fotos y videos.
8. «Gánate» al entrenador
No es lo mismo ser “amigo” del entrenador que su “cliente”; relaciónate con él a través del esfuerzo y el mérito. El es un amante del fitness y puede ayudarte a lograr tus metas con su conocimiento y experiencia. Observa su trato con las personas que conoce y verás cómo ayuda a involucrarse más y mejor.
9. Relaciónate con gente físicamente activa
Un estudio de la Universidad de Harvard demostró que la obesidad “puede transmitirse de persona a persona” o ser “contagiosa”. Hay un 57% de probabilidad de padecer obesidad si se tiene amigos obesos y el riesgo se triplica si los amigos son cercanos.
10. Paga tu cuota del gimnasio mes a mes
Muchas personas no aprecian lo que no les cuesta. Si pagas la cuota del gimnasio mes por mes tal vez el costo sea mayor, pero funciona como “factor motivante”. Muchos gimnasios cobran una cuota anual más ventajosa, pero al tiempo uno se olvida de ese desembolso. Bien dice el refrán “el que quiere celeste que le cueste”.